Diabetes

DIABETES MELLITUS

La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre, también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto. La glucosa en la sangre es la principal fuente de energía y proviene de los alimentos. La insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para usar como energía. Algunas veces, el cuerpo no produce suficiente o no produce nada de insulina o no la usa adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células. Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de salud. Aunque la diabetes no tiene cura, la persona que la padece puede tomar medidas para controlar su enfermedad y mantenerse sana.

Síntomas:
  • Incremento de sed
  • Aumento de apetito
  • Emisión excesiva de orina
  • Pérdida de peso sin razón aparente
  • Visión borrosa
  • Entumecimiento u hormigueo en las manos y pies
  • Ulceras que no cicatrizan

¿Cuáles son los factores de riesgo para la diabetes tipo 2?

Se puede desarrollar diabetes tipo 2 a cualquier edad, incluso durante la infancia.

Es más probable que una persona desarrolle diabetes tipo 2 si:

  • Presenta sobrepeso u obesidad.
  • Tiene más de 35 años. Los niños y adolescentes también pueden desarrollar diabetes tipo 2, pero el riesgo aumenta a medida que la persona envejece.
  • Existen antecedentes familiares de diabetes.
  • Es afroamericana, indígena norteamericana, asiática americana, hispana/latina o isleña del Pacífico.
  • No se mantiene activo, debido a limitaciones físicas, un estilo de vida sedentario o un trabajo que requiere estar sentado por largos períodos.
  • Presenta prediabetes.
  • Cuenta con antecedentes de diabetes gestacional, un tipo de diabetes que se desarrolla durante el embarazo.

Sobrepeso, obesidad e inactividad física

Una persona tiene mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 si no se mantiene básicamente activa y tiene sobrepeso u obesidad. A veces, el exceso de peso causa resistencia a la insulina y es frecuente en personas con diabetes tipo 2. La ubicación de la grasa corporal también tiene importancia. El exceso de grasa en el vientre está vinculado con la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos.

¿Cómo puedo controlar mi diabetes?

Con la ayuda de su equipo de atención médica, usted puede crear un plan de autocuidado de la diabetes para controlar su enfermedad.
Su plan de autocuidado puede incluir los pasos que se indican a continuación.

  • Siga su plan de alimentación para la diabetes.
  • Convierta la actividad física en un hábito.
  • Tómese sus medicamentos.
  • Mida su nivel de glucosa en la sangre.
  • Colabore con su equipo de atención médica.
  • Enfrente su diabetes de forma saludable.

Para mayor información y atención de tu enfermedad crónica, acude a la unidad de salud que te corresponde.


HIPERTENSIÓN ARTERIAL

Es una de las enfermedades más prevalentes del mundo desarrollado en la actualidad. Está considerada como factor de riesgo cardiovascular y es una causa frecuente de insuficiencia cardíaca, enfermedades renales, cerebrales y oculares. Es la elevación mantenida de la tensión arterial de causa desconocida. Este tipo de HTA es la más frecuente, oscila entre el 90-95% del total de todas las personas que tienen hipertensión arterial.

Síntomas:

La mayoría de los pacientes que sufren hipertensión no presentan manifestación alguna y es una determinación casual la que descubre la elevación de la presión arterial.
Sí existen síntomas, los más comunes son:

  • Dolor de cabeza.
  • Mareo.
  • Trastornos de la visión.
  • Zumbidos, etc.

Si la HTA es avanzada, puede provocar lesiones en el corazón, riñón, ojos, etc. Los síntomas se derivarán del órgano afectado.

¿Cuáles son los factores de riesgo para la hipertensión arterial?

  • Edad.
  • Tener antecedentes familiares de hipertensión arterial.
  • Se ha sugerido varias veces que el estrés es un factor importante para desarrollarla.
  • Obesidad.
  • Ingesta excesiva de sal y alcohol.
  • Fumar.

Tratamiento no farmacológico

Este manejo incluye:

  • Alimentación saludable.
  • Reducción de la ingesta de sal.
  • Control de peso.
  • Control de los niveles de colesterol.
  • Disminución de la ingesta de alcohol.
  • Evitar o dejar el hábito de fumar.
  • Realizar una actividad física constante.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento “farmacológico” deberá ser individualizado y de acuerdo con el cuadro clínico, tomando en cuenta el modo de acción, las indicaciones y las contraindicaciones, los efectos adversos, las interacciones farmacológicas, otras enfermedades que padezca la persona y el costo económico.
La administración de medicamentos solo puede ser autorizada por su médico.

Para mayor información y atención a tu enfermedad crónica, acude a la unidad de salud que te corresponde.

OBESIDAD

La obesidad es una enfermedad crónica multifactorial caracterizada por una acumulación excesiva de grasa.

¿Cuáles son los factores de riesgo para la obesidad?

  • Malos hábitos alimenticios.
  • Consumo elevado de alimentos de alta densidad energética.
  • Sedentarismo.
  • Las afecciones psicológicas (ansiedad – depresión) alteran el apetito y pueden ser causa de obesidad.
  • Factores ambientales: Mercadeo publicitario de alimentos elevados en grasa, azúcar y calorías; negocios de comidas rápidas y la falta de lugares seguros y accesibles para realizar actividad física.
  • Factores hormonales.
  • Medicamentos.

Factores protectores

  1. Moderación en el consumo de alimentos y de alcohol.
  2. Hábitos alimentarios saludables
  3. Actividad física regular.
  4. Manejo del estrés y ansiedad.
  5. Control frecuente de peso.
  6. Detectar el sobrepeso para evitar la obesidad.

Plan de alimentación:

El tratamiento dietético debe ser equilibrado, variado y de acuerdo a los gustos y preferencias individuales. Entre las recomendaciones dietéticas que se le deben indicar al paciente para reducir de peso están:

  • Consumir frutas en todos los tiempos de comida.
  • Tomar más de ocho vasos diarios de agua.
  • Evitar el consumo de azúcares simples, sodas, chocolates, mieles, dulces y confites.
  • Procurar tener horarios regulares de comida.
  • Disminuir el consumo de frituras.
  • Preferir las preparaciones al horno, a la plancha o hervidos.
  • Comer despacio y masticar bien los alimentos.
  • Programar meriendas saludables entre las comidas.
  • Evitar reutilizar el aceite para cocinar.

Actividad física:

  • No se debe imponer un estrés de ejercicios excesivos.
  • El ejercicio necesita ser continuo para producir beneficios. Sería conveniente recomendar, por ejemplo, que se camine más de lo habitual (subir escaleras evitando elevadores, bajarse del bus dos paradas antes, bailar en tiempos libres)
  • Inicialmente es prudente aconsejar niveles moderados de actividad por treinta minutos al día, de 3 a 5 días por semana.
  • Es conveniente establecer una meta para acumular al menos 30 minutos o más de actividad física moderada en la mayoría o preferiblemente todos los días de la semana.
  • Iniciar con intensidad baja y duración corta aumentando en forma progresiva.
  • Individualizar los programas de acuerdo con las necesidades y capacidades de cada paciente

El ejercicio contribuye a la pérdida de peso en el adulto con sobrepeso y obeso. Puede disminuir la grasa abdominal, aumentar las condiciones cardio-respiratorias y ayudar a mantener la pérdida de peso.
Los ejercicios recomendables son: caminar, nadar y montar bicicleta.
El ejercicio disminuye la presión arterial y puede ayudar a prevenir la diabetes mellitus tipo 2.
También contribuye a mejorar el bienestar emocional, a reducir el apetito, a mejorar la capacidad para dormir, aumenta la flexibilidad y el colesterol HDL.

Para mayor información y atención a tu enfermedad crónica, acude a la unidad de salud que te corresponde.